La Orden se asienta en España a comienzos del s. XII llegando a Andalucía con las campañas de Fernando III. La mayor parte de su patrimonio lo concentró en tierras de Córdoba y Sevilla y en el curso medio del Guadalquivir.
La donación de Lora a la Orden de San Juan de Jerusalén fue fruto de la labor reconquistadora de Fernando III. En un privilegio rodado de 1241, consta el obsequio de las villas y castillos de Lora, Setefilla y del castillo de Almenara. En 1249, los sanjuanistas lograron como donación los castros de Malapiel y Alcolea, recibiendo diploma ocho años más tarde, en el que se incluían las fortalezas anteriores y se añadían los castros de Peñaflor y Algarín. Con estas donaciones se empieza a estructurar la Bailía de Setefilla.